Del
resentimiento a la fidelidad
Santiago
5:12: “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la
tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no
sea no, para que no caigáis en condenación.”
Si
tienes hijos u otro familiar al cual notas que está atravesando un periodo de
amargura, malestar, resentimiento; piensa que quizá la causa seas tú. Si crees
has faltado a tu palabra contraída con un pariente, entonces este asunto es
contigo.
Es
muy típico que al hablar con algunas personas, sobre todo con adolescentes, se
percibe que muchos guardan amargura y resentimiento sobre todo hacia sus
padres, por una serie promesas rotas.
Si usted es un padre
que anhela restaurar su relación con sus hijos u otros familiares, recuerde
esas promesas no cumplidas, entonces, vaya a esa persona y con disposición arrepentida
dígale
- Que le ha pedido perdón a Dios por no cumplir sus promesas.
- Que ahora necesitas el perdón de ella o el.
- Si no recuerdas si has cumplido o no, algún compromiso a la persona referida, Pregúntale.
- Cuando recibas el perdón de tu familiar, prométele que con la ayuda de Dios de ahora en adelante serás una persona fiel y de palabra.
Date
la oportunidad de comenzar un nuevo capítulo en tu vida, donde cumples lo que
prometes.
Dios
te bendiga ricamente
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